“Al menos una vez por semana, formar el culto del Evangelio con todos aquellos que le coparticipan de la fe, estudiando la verdad e irradiando el bien, por medio de oraciones y comentarios en torno de la experiencia diaria a la luz de los postulados espíritas.
Quien cultiva el Evangelio en casa, hace de la propia casa un templo de Cristo.” (André Luiz, Conducta espírita, 32. ed., cap. 5, p. 26).